"Mi gato quiere ser poeta"


Siento que hace años no publico nada en este paradero, y es precisamente porque no he parado de leer, escribir, pensar o perderme en el limbo en el que me dejan muchas horas de habitar teorías ajenas. Después, siempre, me quedo en otros zapatos y me cuesta volver a los míos. ¿Tenía yo zapatos?

Qué importa. Ahora que hago una pausa y me reconozco, publicaré un poema del chileno Mario Meléndez que acabo de leer y que me encantó.


Mi gato quiere ser poeta

Mi gato quiere ser poeta
y para ello
revisa todos los días mis originales
y los libros que tengo en casa
Él cree que no me doy cuenta
es demasiado orgulloso
para dejar que le ayude
Lleva consigo unos borradores
en los que anota con cuidado
cada cosa que hago y que digo
Ayer no más, en uno de mis recitales
apareció de incógnito entre la gente
vestía camisa a cuadros
y mis viejos zapatos rojos
que no veía hace tiempo
Al terminar la función
se acercó con mi libro en la mano
quería que lo autografiara
y para ello me dio un nombre falso
un tal Silvestre Gatica
Yo le reconocí de inmediato
por sus grandes bigotes y su cola peluda
pero no dije nada
y preferí seguirle la corriente
Luego me deslizó bajo el brazo
uno de sus manuscritos
“Léalos cuando pueda, Maestro” me dijo
y se despidió entre elogios y parabienes
Y sucedió que anoche
y como no lograba dormir
levanté con desgano aquel obsequio
para darle una mirada
Era un poema de amor
un hermoso poema de amor
dedicado a Susana
la gatita siamés
que vivía a los pies del sitio
Parecía un texto perfecto
tenía fuerza y ritmo e imaginación
y todos los elementos necesarios
para decir que era un gran poema
y sin duda era un gran poema
un poema como pocas veces había leído
Entonces me entró la rabia
y la envidia y la cólera
y me pilló la madrugada
con el texto entre las manos
sin atreverme a romperlo
o a hacerle correcciones
Que Dios me perdone por esto
pero no veo otra salida
mañana echaré mi gato a la calle
y publicaré el poema bajo mi nombre


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