Esta película pensada, escrita, dirigida y actuada por Lex Ortega, comenzó con la intencionalidad de crear un par de cortometrajes snuffs, con la técnica de found footage (es decir, hacer de cuenta que se encontraron unos videos por ahí, donde se puede ver cómo torturan y asesinan a personas, de una manera muy realista). No obstante, cuando la mente dañada de Ortega se dio cuenta de que los dos cortos ya casi duraban la mitad de un largometraje, decidió seguir y terminar una película de 80 minutos.
La película narra la historia de un asesino serial (que se cruza con otro de su misma especie), cuya historia familiar retuerce su camino convirtiéndolo en un tipo sádico que se excita con cuestiones escatológicas (sangre y shit); aunque la tendencia hacia el sadismo ya la traía desde antes.
En un mal día para Goyo (nuestro antihéroe), lo atrapa la policía por haber atropellado a una mujer equis. Al revisar su coche, el oficial que se encargará de su caso, encuentra una cámara de video en donde se puede ver cómo Goyo y su amigo torturan y asesinan a una prostituta transexual. Tras este descubrimiento, los policías, cándidos y amorosos como son en realidad en México, torturan a Goyo y le sacan la verdad sobre dónde está el cuerpo de la chica. En el lugar señalado por el asesino, encuentran más videos con más curiosidades grotescas. A partir de entonces iremos conociendo el perfil de este asesino, y sus aventuras sangrientas.
Como curiosidades de esta película, resalta la polémica frase con la que se presenta "la película mexicana más violenta de la historia". En realidad lo es, gráficamente hablando, pero también lo es por cómo se demuestra el esqueleto de las principales instituciones de nuestra sociedad: la familia, la policía, la justicia, el gobierno.
En lo personal, aunque me gusta lo grotesco, tampoco disfruto ver violencia gratuita, y esta película ofrece eso en las escenas de tortura; por eso, sinceramente adelanté un poco esas escenas sí viendo qué le habían hecho a los personajes, pero sin ver bien el proceso.
Ver la película 'Atroz' online: aquí. |
Uno de los elementos que llamó mi atención fue el de la venganza. Tras ver la manera horrenda en que torturaban a la prostituta, ver cómo le hacían lo mismo a sus victimarios fue como un tipo de justicia para ella; asimismo, cuando vemos cómo humilla (no digo el resto para no hacer más spoilers) el padre a su hijo (Goyo), y ver cómo se venga este último, sentimos (bueno, yo, para no generalizar) ligeramente cierto gusto por el "ojo por ojo".
Otra curiosidad de la película fue encontrar en los créditos como productor a Ruggero Deodato, nada menos que el director de Holocausto caníbal. Tras leer un poco sobre su intervención en la película, sufrí una leve decepción porque él simplemente había dado su consentimiento para que lo pusieran como quien presenta la película (como una recomendación). Según Lex Ortega, le envió la cinta a Deodato y quedó encantado con lo que vio, por eso les dio su visto bueno.
Yo también doy mi visto bueno, dicho sea de paso, a la crudeza del filme, no así a las escenas snuff. Me debato entre disfrutar este festival grotesco y detestarlo por su violencia gráfica extrema, expuesta sin miramientos para crear impacto al lado de un argumento de por sí impactante no solo por la violencia de una simple película, sino por la violencia que sabemos, es real y está teniendo sus víctimas ahora mismo mientras redacto esta entrada.
Advertencia: escenas violentas a partir del minuto 1.
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