Hago esta entrada después de darle follow a @Fer_Vallejo en Twitter, y ver que él se muestra como un amante de los animales. En mi TL hay muchos así, en FB muchos más; además, yo me cuento entre ellos.
Lo que me llama la atención es la eterna doble moral de las personas. Me ha tocado ver en Twitter personas que un día dicen que todos somos seres vivos, merecemos respeto y compasión, y al siguiente discriminan a diestra y siniestra a personas que son diferentes a ellos (por su religión, por su país, por sus gustos musicales, por su vestimenta... por su color de piel).
Me pregunto entonces, ¿qué es lo que mueve el respeto por los animales? Por momentos parece que no pasa de una filia, que les gustan los animales, que les gustan por indefensos, o algo por el estilo. Yo, en mi mundo de caramelo, pensaba que era un ideal inspirado por el amor, por el respeto a la vida en general, pero parece que estaba equivocada.
Agreden a aquellos que torturan cruelmente a los toros en las corridas, pero no hacen más que desear la muerte: ojalá se mueran los reggaetoneros, ojalá un personaje aparezca de pronto y les dé de balazos a las fans de Justin Bieber, ojalá una bomba caiga sobre werevertumorro. De pronto, cae el telón y se muestra el mismo salvajismo de aquellos que organizan peleas de perros, la falta de respeto por la vida, por la diversidad.
No sé, yo soy de la idea de que si exiges que respeten la vida y dignidad de los animales, debería ser por un sentimiento genuino de paz y respeto por la vida, sin ponerle más etiquetas (como "vida animal"). ¿Qué hay detrás de los memes, de los personajes de las imágenes que puse arriba? un sector social que reconoce que tienen en común el odio por cierta música, y que va más allá de una crítica a las canciones o los artistas (que yo reconozco haber hecho, aunque jamás deseé la muerte ni cosa parecida), y se traslada a quienes gustan de esa música. Es un decir: no tenemos los mismos gustos, así que te discrimino.
Ese sector es principalmente el de la juventud, de los actores principales -por su cantidad- del presente (basta de la falacia de que son el futuro del país).
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