Una vez tuve hermanas

Fue durante los meses que estuve en Córdoba, Argentina, como estudiante de movilidad (o intercambio). Por suerte nos tocó pasar juntas una de las experiencias más hermosas que habríamos de vivir. Eran 2: Fátima y Aidée.
Sin Fátima no sé qué habría sido de mí en aquel viaje extraño, rico pero que me atemorizaba por momentos debido a las cosas nuevas con las que me iba encontrando. Ella es psicóloga, y es de las buenas... quizá la mejor que he conocido en la vida. Era responsable pero jamás aburrida, era como llevar una especie de mamá que me aconsejaba, que me hacía superar los baches, que me animaba a disfrutar la estancia sin temores.
Aidée era otra cosa. Ella era más "rara" que nosotras, era un poquillo alocada, pero eso sí, me hacía pasar hoooras de risa.
En los cerca de 6 meses que pasé junto a ellas (yo, persona que se encariña con la gente de manera inmediata y fuerte) las disfruté como si fueran mis hermanas. Las quería, las cuidaba (nos cuidábamos entre las 3), y les asigné un lugar muy especial entre mis cariños.
Con ellas conocí muchas partes de Argentina, hice largos viajes, hice amigos que tuvimos en común. Con ellas fui a mi primer boliche (antro). Con ellas tuve peleas bobas, de esas que se tienen entre hermanos.
De ellas me despedí a los pocos meses de haber regresado de Argentina. Ya en México nos seguimos viendo en varias ocasiones, pero algo de pronto empezó a enflaquecer y las reuniones sesaron. Mis hermanas adoptadas se quedaron en el recuerdo, y ahí nos queremos mucho, tanto, que aún en este presente aquél cariño alcanza para tenerlas en un lugar especial, y parece que será de por vida.

Yo al frente, Aidée con chamarra blanca, Fátima de anaranjado :)

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