Hace meses que no publico nada por aquí, y no es por otra cosa que por falta de tiempo, falta de ocio. Pero ha llegado el día en que vuelva a desempolvar el blog, aunque sólo se me ocurra hacerlo publicando cositas que he escrito en notas del celular, referentes a mi etapa como niñera.
"¿Lo pensé o se los dije? Que los sobrinos son para los tíos una prueba mínima pero constate de lo que sería tener hijos. Son gotas que se minan del techo hacia tu cama. De esas pequeñas muestras de perfumes que nos ponen a mitad de las revistas, pero que se asoman toda vez que pasas página." (Fragmento de un texto larguísimo que escribí, que quizá después publique)
"Una piensa que ya está libre de tanta estupidez inservible que enseñan en primaria (como la letra manuscrita)... y suceden los sobrinos".
"¿De cuál mente perversa surge la idea de que los niños pasen 6 1/2 horas en la escuela, y otras dos por la tarde haciendo tareas? De alguna que no sabe lo desgastante que es ayudar a los sobrinos (¡ni siquiera hijos!) a estudiar".
"Sí los amo. Los amo como se puede llegar a amar tres rostros distintos que falta ver cada día. Tres cachorros que traen en su rostro una mancha parecida a la mía. Esos tres que van aprendiendo a caminar donde se acostumbra ir corriendo (aunque la realidad, para no tropezar, exige que sean de los que vuelan). Los amo así cada día en todos los días nuestros".
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