A unos versos


El poeta esculpe el final de la poesía:
"Polvo serán, mas polvo enamorado".
Deja caer la pluma que firma el porvenir.
Nadie aplaude, ni la jauría lírica absorta.
Se acabó la poesía, pero insistirán aún los testigos del ocaso.
Desde ahí solo laberintos, solo confesiones...
soliloquios solo.
Intentó desgarros el coloquio desdentado,
gritando al mundo de pie frente a su umbral.

Francisco de Quevedo

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